Hackers y jueces: el cazador cazado

La investigación que realizó un hacker sobre el ordenador del juez Ronald C. Kline ha sido determinante a la hora de condenar al juez con 27 meses de prisión federal: el juez coleccionaba pornografía infantil.
Una vez descubierto, Kline pidió 'un millón de disculpas', tras lo cual se desmayó al conocer la sentencia.

Durante los seis años de batallas legales, Kline perdió su trabajo como juez y fue obligado a llevar siempre puesta una pulsera de localización, además de estar en libertad bajo vigilancia hasta que apareciese la sentencia.

A Kline ya se le ha señalado como un delicuente sexual para el resto de su vida, y no podrá tener en posesión ningún ordenador o acceder a Internet durante sus tres años de libertad condicional.

El caso se inició cuando un hacker canadiense llamado Brad Willman se introdujo en el ordenador del hogar de este juez y descubrió imágenes sexuales explícitas de niños, además de un diario en el que se revelaban las fantasías de Kline en las que también era patente su obsesión con los niños. La búsqueda que la policía realizó a raíz de ese descubrimiento permitió encontrar más imágenes y accesos a páginas de contenidos de este tipo.

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